miércoles, 22 de mayo de 2013

Sanando a mi niña interior

1. ¿Cuando tenía 5 años o menos pensaba que algo andaba mal con usted?

R/ Recuerdo que tenía muy pocas amiguitas, bueno de hecho amiguitos tampoco tenía, sólo dos amigos, a los que quería mucho y con los que jugaba en el kinder, pero nadie más. Recuerdo que Yo no sabía porque lloraba, nada mas lloraba mucho y siempre sentía un enorme deseo de irme de mi casa, y llevarme a mi hermano menor conmigo (en aquella época era un bebé de meses). Sentía que no quería dejarlo sólo y que sufriera, pero no recuerdo porque.

2. ¿Cuando niño, cuántas veces u horas te dijeron lo maravillos@ que eres?

R/ No recuerdo haber escuchado eso. Recuerdo que me decían que Yo era una niña muy capaz, que si quería podía ser la mejor de mi clase... era un discurso muy repetido, siempre me lo decían, pero nada más.

3. ¿Qué tantas veces de niño te dijeron que eras amado, brillante o inteligente?

R/ Tampoco recuerdo esas palabras, talvés brillante e inteligente, pero porque siempre me decían que era igualita a mi papá, quién era de "100 corrido", y me decían que Yo debía de ser cómo él. Era una etiqueta con la que me identifiqué a la perfección en mi adultez joven de hecho... Amada... definitivamente no, nunca me lo dijeron.

4. ¿Cuantas veces de niño pudiste hacer lo que se antojara sin esperar o recibir reclamo, regaño y/o castigo?

R/ Siendo honesta conmigo misma, siempre hice lo se me antojara, pero ciertamente después me pegaban la regañada... era 1:1 la relación, lo hacía y siempre me regañaban. Me acuerdo que me decían que era "mal portada", "sumamente inquieta", "se levanta sin pedir permiso".

5. ¿Cuantas veces tus padres o adultos cercanos te proyectaron que te ibas a convertir en una gran persona?

R/ Siempre me decían que tenía "mucha capacidad", pero hasta ahí. Recuerdo una vez que teniendo una amiga por correspondencia en USA, mi papá me ayudaba a escribir la carta en inglés, y me preguntó: ¿que querés ser cuando seas grande?, ella te pregunta. Y le dije sin pensar: ¡Secretaria!; pues en mi mente me visualizaba frente a una computadora, en aquella época máquina de escribir, con muchos papeles alrededor mío, con lentes en mis ojos... jaja, me río porque hoy que estoy escribiendo ésta entrada estoy haciendo exactamente lo que en mi imagen Yo me veía haciendo, y la escena es la misma... muchos papeles, lapiceros... en fin... mi papá se puso tan bravo... me gritó: "¿qué es que no podés desear ser algo más importante? ¿Abogada?, ¿ingeniera? ¿arquitecta?, AH!? y no me siguió escribiendo la carta... juro por todos los seres supremos que existen, que en ese momento no tenía idea de qué eran ninguna de esas cosas... tenía 8 años por Dios!!!.

Tomado de Meditación 1111


6. ¿Cuantas horas de tu vida te dijeron NO?

R/ Bueno pues muchas la verdad. Usualmente acompañadas de: "porque YO DIGO".

7. ¿Cuantas horas de tu niñez te estuvieron diciendo: DEBERIAS, DEBERIAS, DEBERIAS (Comer, bañarte, no hablar, ser bueno)?

R/ De hecho me decía que TENIA: que ser mejor que mi papá, no llorar frente a mis hermanos, ejemplo de mis hermanos, ser la hermana mayor lider...

Los debes y deberías siempre producen una sensación de tensión que aumenta a medida que la persona trata de actualizar sus "debes" dentro de su comportamiento. Más aún debido a la externalización del proceso, los debes siempre contribuyen a perturbaciones en las relaciones humanas de una u otra manera... Acaso los "debes" determinan parte de tu vida?

8. ¿Sientes que debes de ser amable con tus compañeros? Y cuando no lo haces ¿cómo te sientes?

R/ Si, siempre siento que debo de serlo, cuando trabajaba para una compañía X siempre me decian que mi modo era muy grotesco y que alejaba a la gente, que por eso no podía crecer. Reforzaban mi sensación de que no le caia bien a nadie, y cuando estoy conociendo gente, siempre me preocupo mucho por usar palabras amables, que no vayan a hacer sentir mal a nadie. Cuando dije algo que persiví a la persona no le gustó, me digo a mi misma: "como siempre vos... te habías atrasado cayendo mal!"

9. ¿Sientes que debés de apoyar a tu pareja en todo? Y cuando no lo hacés, ¿cómo te sentís?

R/ Siento que si no lo hago, lo traiciono. Que si no soy "fiel" a sus necesidades mas que nada laborales por el negocio que tenemos juntos, soy una traidora.

10. ¿Sientes que debes de ayudar a tus hijos en todo y siempre aunque ya sean adultos y tengan sus propias vidas? Y cuando no lo haces ¿como te sientes?

R/ Aún no tengo hijos adultos, pero así me he sentido con mi hijo de 12 años, más que nada porque nació siendo Yo soltera, lo cual me ha generado mucha culpa a través de los años.

11. ¿En qué momentos o lugares se siente con más seguridad?

R/ Me siento segura en mi casa, cuando está mi esposo. Solamente de día, porque de noche me da miedo.

12. ¿En qué momentos o lugares se siente inseguro?

R/ En mi casa, si es de noche y mi esposo no está. Siempre dejo la puerta abierta, pero si él está la puedo cerrar sin remordimientos. Si estoy en un cuarto en mi casa, mantengo las puertas abiertas, aunque esté mi esposo en el primer piso. No me gustan las puertas cerradas del todo. Si me estoy bañando también me pasa.

Tomado del libro "El poder está dentro de tí" de Louise L. Hay

El camino para el amor

Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás.

Sólo cuando aprendes a vivir en soledad, podes vivir en una relación.

Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar, y aceptarte para aceptar, ya que nadie puede dar lo que no tiene dentro de sí.

Ninguna relación te dará la paz que no tengas en tu interior.

Tomada de Zien Mil Mitos


Ninguna relación te brindará felicidad que no construyas.

Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando seas capaz de decirle: No te necesito para ser feliz.

Sólo podemos amar y recibir amor, si somos personas autónomas que no necesitan manipular ni controlar a los demás para sentir que aman o son amadas.

Sólo se puede ser feliz cuando dos personas felices se unen para compartir su felicidad, no para intentar hacerse felices la una a la otra.

Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, necesitas auto estima y la práctica de una libertad responsable.

Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas, es una fantasía que sólo trae frustraciones. Por eso, amate mucho, madura, y el día que puedas decirle a otra persona: puedo vivir sin vos y ser feliz, ese día estás preparado para compartir tu vida con ella.

Reflexiones para el Alma de José Luis Prieto.

CODA: Codependientes en Victoria

Después de todas las experiencias vividas en lo últimos meses, y tratando siempre de ser responsable conmigo misma y mi familia, y más aún por cómo toda la situación había afectado mi persona en términos generales, decidí seguir el consejo de un familiar y empezar a asistir a las reuniones de un grupo de 12 pasos para codependientes.

Inicialmente fui para entender qué eran y si realmente me iba a servir a mí, y he de aceptar que me siento muy bien desde que estoy yendo. No hacen milagros como dicen ellos, pues la decisión de cambiar y ser mejor persona es de uno mismo, y si uno dice: "No puedo, no voy a cambiar nunca, soy así", pues tiene uno razón; ¿pero de qué se trata éste programa?, bueno, les voy a contar.

Comenzaron por explicarme qué somos los codependientes, y para eso, les voy a compartir las características señaladas por Codependientes Anónimos:

Las características listadas a continuación se han tomado directamente de los folletos distribuidos por codependientes anónimos, ésto nos irá clarificando qué es la codependencia:
  1. Asumimos la responsabilidad por los sentimientos y las conductas de otros.
  2. Tenemos dificultad en identificar sentimientos, ¿estoy enojado?, ¿triste?, ¿solitario?, ¿feliz? 
  3. No podemos expresar los sentimientos: me siento feliz, triste, lastimado.
  4. Tenemos miedo de cómo los demás van a responder a nuestros sentimientos.
  5. Tenemos dificultades en formar y mantener relaciones cercanas.
  6. Tenemos miedo de ser rechazados o lastimados por otros. 
  7. Somos perfeccionistas y abrigamos demasiadas expectativas de nosotros mismos y los demás.
  8. Tenemos dificultades para tomar decisiones.
  9. Tendemos a minimizar, alterar, o negar la verdad de cómo nos sentimos. 
  10. Las acciones y las actitudes de otros determinan nuestras reacciones y respuestas.
  11. Tendemos a poner las necesidades y deseos de otros antes que los nuestros.
  12. Nuestro miedo a la ira de otros determina lo que decimos o hacemos.
  13. Nos cuestionamos o ignoramos nuestros valores para relacionarnos mejor con otras personas significativas. Valoramos sus opiniones más que las nuestras.
  14. Nuestra auto estima se rige por la influencia de otros. No reconocemos cosas buenas acerca de nosotros mismos.
  15. Nuestra serenidad y atención mental están determinadas por los sentimientos y conductas de otros.
  16. Juzgamos muy duramente lo que hacemos, pensamos y decimos, pos los estándares de otros. 
  17. No creemos que ser vulnerables y pedir ayuda sea normal y esté bien. 
  18. No sabemos que está bien hablar de los problemas fuera de la familia; que los sentimientos son sólo eso y que es mejor compartirlos que negarlos, minimizarlos o justificarlos. 
Cuando leí todas éstas características me preocupé de ver que yo tenía identificadas para mí más de la mitad... ¿soy codependiente?, ¡no lo sabía! y ahora ¿qué hago?

Pues bien, en el programa nos confrontamos constantemente con nuestras conductas, y el porque de las mismas... nada más que uno al comenzar, no entiende qué es lo que está pasando (al menos en mi experiencia personal).

¿Quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿porqué soy así?, bueno, es interesante que en las sesiones, lo que hacemos primero oír es una charlita de un tema que por supuesto no son al azar, no inventan el agua tibia, es un programa internacional... entonces comienzan por donde más duele... nos confrontan, nos hacen recordar ¿quiénes eramos de niños?, ¿cómo era nuestra vida?

Origen: La familia disfuncional... digamos que siempre supe en mi corazón que las cosas no siempre podían ser así como eran en mi casa; me cuestionaba constantemente si en todas las casas la gente se gritaba, se trataba de imbécil, estúpida, mongola... me cuestionaba ¿cómo eran los papás de mis amigos?, ¿tomaban también?, ¿las mamás lloraban tanto?, en todas las casas del mundo, ¿los papás y mamás siempre están bravos?. Pues bien, cuando comencé a hacer terapia a la edad de 23 años, una de las primeras cosas con las que tuve que romper fue con las discusiones en mi casa, Yo siempre me decía a mi misma, en mi cabeza: "es que no me gusta que papi me grite, me siento tan mal... " pero no sabía como hacer para que aquello no pasara... recuerdo con claridad las palabras de mi terapeuta enseñándome qué decir y cómo actuar si se iniciaba una discusión. Cómo, si me empezaban a gritar y Yo sentía deseos de hacerlo, cómo bien lo hice un sin fin de veces, tenía que decir: "Yo soy un ser humano, que merece respeto, y que entiende si no le gritan, NO me grite más. Si quiere decirme algo, voy a estar en mi cuarto" y tenía que levantarme de donde estuviera e irme a encerrar a mi cuarto y gritar con la almohada en la boca... Recuerdo la sensación de ahogo en el pecho, porque entraba al cuarto llena de rabia e ira... se me iba el aire del enojo que sentía y las ganas que tenía de gritarlo a los cuatro vientos en contra de aquel que me estaba "jodiendo la vida". También recuerdo cómo tuve que empezar a decirle a mis hermanos cuando me adjetivaban: "no me gusta que me diga estúpida, ni aunque sea de broma. No lo soy, no me diga así" y recuerdo los pleitos: "que raro usted de ridícula!, para no variar!". Poner límites en una familia disfuncional es MUY MUY MUY difícil.

Entendí también que existen ciertas necesidades en el ser humano que se deben de satisfacer para que logre desarrollarse como un individuo sano (De Franco, 2000) y sin ningún orden en particular:

  • Sobrevivencia, seguridad, atención, cuidado.
  • Amor incondicional, lealtad.
  • Afecto expresado en palabras y en contacto físico.
  • Apoyo, ser escuchado, aceptación.
  • Aeducación, disciplina sana.
  • Respeto, privacidad, sentirse bien respecto de su identidad sexual. 
  • Sensación de logro, control, poder.
  • Creatividad, libertad, tomar desiciones, equivocarse.
  • Oportunidad de llorar pérdidas.
  • Guía espiritual sana, crecimiento.
  • Diversión, crecimiento.
  • Sentido de pertenencia.

Les muestro una imagen muy rudimentaria creada por mi :) que ejemplifica cómo nos sentimos los codependientes:


De las anteriores, ¿cuales necesidades emocionales no fueron satisfechas en tú infancia?, ¿qué efectos han tenido éstas carencias en tus relaciones interpersonales?



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