lunes, 14 de octubre de 2013

Empatía como una carencia hoy día

En el camino de las personas que como Yo, somos personas dañadas, se vive la vida de una manera en que cada día es un esfuerzo titánico por "sobrevivir", ¿por qué?, por que durante el día pueden suceder todo tipo de cosas y situaciones que para una persona "normal" (llamese de las que no se muere por lo que no es necesario), son simplemente obstáculos que hay que sortear, es básicamente vivir. En buena teoría esto aplica para todos y cada uno de los seres humanos; pero para una persona cuya personalidad se forjó a partir de experiencias negativas, un simple "no" por parte de un familiar, un desconocido, o un imprevisto que como la palabra lo dice, no estaba contemplado en su día, pueden significar una crisis grave de ansiedad o pánico. A mi me ha costado, y me cuesta infinitamente ROMPER las cadenas de mis conductas dañinas, y renacer todos los días en un nuevo ser... hay días malos y buenos, pero siempre me voy a la cama con la ilusión de que Dios me regala un nuevo día para volver a intentarlo.


No todas las personas pueden enteder ésto, inclusive si sufren del mismo mal sin saberlo. La empatía no es un valor que se enseñe y practique con frecuencia en muchos hogares, los de antes, y los de hoy, y no sé porqué, pero a pesar de ser, al lado de muchos otros valores por supuesto, un valuarte en la enseñanza a nuestros niños, simplemente no lo usamos.

Como pequeños seres humanos, al no ser capaces como adultos de demostrarles que les entendemos, que comprendemos su dolor por un carrito, una bola o una muñeca que no desean prestar, o porque no quieren dar un beso (pero si saludar, la educación es otra cosa), les estamos enseñando que no importan los sentimientos de los demás, porque no les respetamos, no les demostramos que lo que sienten es importante. En la sociedad "adultocentrista" que vivimos, somos incapaces de ayudar a nuestro futuro, a los niños a ser empáticos, y pretendemos que cuando llegan a la edad adulta, nos entiendan como ancianos, o nos respeten como padres... es muy irónico, pero desde mi humilde opinión, ahí nace la agresividad, la violencia que vemos entre menores cada vez más y más pequeños en las escuelas acosando a sus iguales, rebajandolos, aquí es donde todo comienza. ¿Por qué explico todo esto? porque sabiendo lo que Yo lo que sé hoy, me lamento mucho de que no me ayudaran a desarrollar esta habilidad en particular desde pequeña, y tener que haberla aprendido en la calle, por "las malas", y tener que presenciar como, personas que han vivido en carne propia la falta de empatía por parte de familiares, son capaces de ver a alguien cuyo camino en la vida no aprueban, no comparten, señalarla, denigrarla... Es cierto que el camino de los demás, sus desiciones, sus creencias puede ser que nos lastimen y/o afecten, pero no por eso podemos menospreciarlas, restarles valor y juzgarlas, o bueno, talves si podemos, pero el asunto es que no debemos, no es correcto. 



Me duele muchísimo que me pase esto, que me suceda que haya gente alrededor mío que no entiende mi camino, pero también hoy sé que no es el deber de nadie entenderlo, más de mí misma, porque es MIO, y es a mí a quien hace sentido... pero eso no me quita de encima mi humanidad, que me duela...; también que mi verdad es mía nada más, y sólo a mi me debe de trasnformar, no es para nadie más, y sería maravilloso inspirar a otros a través de mi experiencia de vida... pero bien dicen que nadie será profeta en su propia tierra.

 

 

jueves, 3 de octubre de 2013

Carta a Antonella


¿Cómo estas Tony?, hace días no hablamos. De hecho la última vez que lo hicimos estabas muy asustada, llorabas mucho porque habías recordado unas cosas que te habían hecho sentir mucho miedo… la última vez que hablamos me abrazabas muy fuerte, pidiéndome que no te soltara, y llorabas sobre mis hombros de manera muy triste y abundante. Quiero pensar que el hecho de que no me hayas buscado para conversar quiere decir que has estado muy bien, jugando, corriendo, como toda niña de tu edad debe, sin que nada te haya distraido. ¡Te lo merecés mi amada! No sabes cuan feliz me hace saberte viviendo tu niñez sin interrupciones… ningún niño se merece que no lo dejen jugar con libertad. Merecés concentrarte en tus juegos, una vida sin temores, sin gritos, sin violencia… ¡te lo merecés!


Verte sonreír y saberte feliz me ha ayudado a encontrar paz hoy; había pasado pensando en vos, recordandote el día que llorabas tanto y que me pedías que no te dejara sola. Quiero que sepás que no lo voy a hacer, estoy aquí para escuchar tus necesidades, entender que es lo que te hace sufrir y que no te deja disfrutar tu vida, para que juntas lo enfrentemos, sea lo que sea. De la mano, juntas, no vos sola, ni Yo sola. Lo que sea que te quite el sueño, que te haga sentir mal, que te genere tristeza, necesito que me lo digás, porque quiero arreglarlo, y voy a hacerlo, para eso volví por vos. Sé que por ratos no confiás en mí, y tenés razón de no confiar, pero para eso volví, para ayudarte a creer que si se puede decir lo que sentimos, lo que pensamos, sin represalias, sin que te silencien. Para enseñarte la mejor manera de comunicarte… al final del día vas para grande, son habilidades que vas a necesitar y que te van a ser de gran utilidad cuando seas una adulta; deseo fervorosamente ayudarte a desarrollar todas las herramientas que harán de vos una mujer equilibrada, ¡capaz de enfrentar el mundo!, pero también deseo que disfrutés te niñez, que seas libre para reír, para jugar, para correr, para soñar, imaginar, pintar, brincar... que vivás tu niñez porque es que para eso es, para disfrutarla.

Podés contarme las cosas, costará, ya lo sé. Te tomará tiempo abrirte totalmente a mí y decirme tus anhelos, tus deseos, tus tristezas… pero vamos a ir despacio. Te voy a tener paciencia Tony, sos una bebé y eso es lo que hacemos los adultos... no pasa nada, que no voy a ningún lado… no es como que me urge irme de acá a vivir mi vida… ¡si hoy mi vida sos vos!

Quiero verte correr haciendo “caballito” en el patio de tu casa con tus primos porque van a ir por un helado… quiero verte siendo honesta y sincera con ellos… siendo una niña al final del día, jugando los juegos de tu imaginación: como que sos una geóloga que puede predecir donde y cuando serán los terremotos, con tus libretas de anotaciones, lentes y gorra en el fuerte sol de verano… verte jugando a ser secretaria sentada frente a una maquina y tecleando mientras imaginas el escritorio lleno de papeles importantes… me siento en el piso a verte jugar jackses con tus primas y primos; “la anda”, “1, 2, 3… ¡QUESO!... tantos juegos de aquella época en la que te criabas, que ya no volverán, pero que podemos jugar juntas para que vos te sintás ambientada, al final del día esto es por y para vos.

De hecho, vos cumplís este mes años! ¡Qué emoción!, vamos a preparar juntas un quequito para que soples la candelita de tus 6 años, o son 5? sabés qué, no importa cuantos sean porque nunca vamos a dejar de cantar y celebrar el nacimiento de TU vida, porque el gran milagro de que llegaras a este mundo es digno de ser celebrado siempre por lo alto; un quequito de vainilla con centro de dulce de leche, tal cual como te gusta, y vamos a traer unas bombas que vamos a guindar por toda la casa; van a ser rosadas, para que te sintas bien "pink" como dicen ahora, y vamos a hacer muchos juegos, con una piñata y bolsitas para tus amigos, y si no vienen ¡qué importa!, no pongás esa cara amor, que acá somos los que somos y estamos los que estamos, los que te amamos y aunque sea yo solita, la fiesta será ¡la mejor! con mucha música de Cri Cri y de Topo Gigio, vamos a bailar y cantar hasta que no podamos más.

Te veo tranquila y con ganas de descansar... la fiesta estuvo súper bonita y creo que lo mejor es que te deje descansar, que ya casi se acaba el día e imagino que ahora después de toda la actividad que tuvimos, querrás ya acostarte un ratito… o ¿querés seguir jugando?... decime que querés hacer para que podamos hacerlo... te puedo chinear en mis regazos leyendo un libro, abrazandonos, o te canto una canción?

Duerme mi dulce niña, duerme mi amor… que en mis brazos te acuno con mucho amor… duerme mi dulce niña, duerme mi amor… en estos brazos te cuido y con mi corazón cerquita al tuyo cerramos los ojos las dos. 




jueves, 19 de septiembre de 2013

El Tercer Paso: LA FE

TERCER PASO: “DECIDIMOS PONER NUESTRA VOLUNTAD Y NUESTRAS VIDAS AL CUIDADO DE DIOS TAL COMO LO CONCEBIMOS”

Yo hacía tiempo había dejado de creer... hubo una época en la que creía fervorosamente en todo aquello que por dogma me habían enseñado a creer... después deje de creer. ¿Fue porque quedé embarazada soltera y joven?, o ¿porque ese embarazo fue físicamente agotador?, talvés porque simplemente en mi vida "sólo" cosas malas pasaban?... no lo sé, sólo sé que deje de creer en Dios, y empezé a creer más en mi capacidad de hacer que las cosas sucedieran; empezé a creer más en que si me esforzaba, las cosas iban a funcionar y Yo iba a salir adelante, triunfante, y conmigo mi hijo mayor por supuesto. Y así fue, durante un tiempo.

Después de muchos años de sentirme muy felíz, profundamente realizada, con una percepción de mi misma de ser una mujer exitosa (llámese profesional, con un buen trabajo, casada, con un hogar...), sintiendome dueña del mundo, un buen día, no sé cuando ni donde, simplemente me empezé a sentir mal, me empezé a sentir deprimida, frustrada, triste, iracunda... nada a mi alrededor me hacía sentir bien; habían problemas por todos lados, me sentía como un bombero, apagando fuegos todo el tiempo, no había paz, ni tranquilidad. No había felicidad, ni disfrute de aquello por lo que había luchado tanto y que finalmente tenía. Como me creía súper fuerte y capaz, apagaba aquellos fuegos con rapidez, con "sensatez" sin pensarlo. Era eficiente y eficaz atendiendo los problemas que constantemente se desarrollaban a mi alrededor, problemas que por lo general no eran míos; estaba "presta" y siempre alerta a salir a solucionar cualquier situación que se presentara: mi hijo, mi trabajo, mi esposo, mis familiares... Hasta que un buen día exploté... simplemente no pude más... los problemas no paraban de llegar, y Yo en mi afán de saber siempre la verdad, de entender las cosas, de razionalizarlas, tenía ya años de estar buscando "mi felicidad" de andar de terapia en terapia, especialista en especialista, pidiéndole a estas personas que me explicaran ¿porqué Yo era como era?, ¿porqué sufría tanto?, ¿porque mi hijo se comportaba de la manera que lo hacía?, ¿porque el segundo había nacido prematuro?, porqués, porqués... PORQUÉS!! no paraban de llegar a mi mente, atormentándome y Yo le andaba preguntando a personas que no podían responderme. Les pedía explicaciones, y ninguna explicación satisfacía aquel vacío en mi interior que me consumía como una brasa.




Hace pocos días, en una de mis reuniones de CODA, mi madrina me confrontó diciendome: "Antonella, me parece a mí que tu problema es tu espiritualidad" y Yo me quedé viendola porque relamente me sorprendió su planteamiento y le dije: "¿A qué te referís?" y me lo dijo muy claro: "en que no crees, no tenés fe", solamente pude bajar la mirada y decirle que Yo sabía que eso era cierto. Había dejado de creer que Dios podía hacer las cosas que Yo no podía. Había dejado de orar y pedirle, de darle gracias. 

Estaba enojada con Dios, esa era la razón por la que me rehusaba a creer; la razón por la que cada vez que mi mamá me decía: "hija, pidale a Dios que le conceda ese deseo", Yo le respondía: "¡Ay mami, cualquiera que la oye Dios va a bajar y va a hacer que las cosas sucedan! ¡al santo rezando y con el mazo dando!, las cosas suceden porque UNO las hace mami", estaba enojada porque me había sentido castigada, y esa es mi verdad. Agotada de problema, tras problema, mas grave el que seguía que el anterior, había dejado de pedirle a Dios que me ayudara... y simplemente me dediqué a trabajar las cosas Yo sola... pero el día que ella me confrontó con esa realidad y me hizo ver que para poder abandonar mi ego, para poder entregar el control y dejar de sentirme ingobernable tenía que empezar a creer que había alguien más que podía arreglar aquello que Yo no podía, como ¿qué?: mi relación con mis padres, sus defectos, mi pasado, su pasado, mis errores, los de ellos... todo aquello que NO estaba en mi control, y saben ¿qué? la verdad ese día, ya hace 4 semanas de hecho, sentada en la terapia grupal, dije abiertamente que Yo no creía en Dios porque me hacía sentir siempre condenada, porque siempre he sentido que lo estoy, no hay nada que Yo haga que me haga sentir "salva"; que no creía que para poder estar a su altura tenía que vivir la vida de una manera que era IMPOSIBLE, ¡por Dios! de veras, lo digo con el corazón en la mano. Pero ese día entendí que aquello que me vendieron era pura religiosidad, y no relación con Dios, ese que de verdad ama y entiende. Me (nos) vendieron que para poder tener relación con Dios, no se puede uno divorciar de un agresor, o rehacer su vida con una nueva persona después de una relación fallida... (y honestamente, la parábola del hijo pródigo no es de lo que estoy hablando), que sólo se puede amar de UNA sola manera... tantos etcéteras que puedo agregar. Si, la verdad cuando veía al cielo, veía la cara de una persona con el ceño fruncido que me señalaba por haber sido (o ser) mal hablada, gritona, haber fumado, tomado y andado de bares... nunca había visto otra cosa.

Hoy no les digo que me siento totalmente "bien", por decirlo de alguna manera, porque no. Si hice las pases con Dios, en lo que llaman un "acuerdo de caballeros", le estreché la mano y le dije: "honestamente estoy aquí porque no sé más a donde ir, espero poder llevarme bien con vos, talvés incluso como antes". Hay gente que se ríe cuando cuento eso, pero de veras que así lo sentí y no tengo otra manera de explicarlo. 

Recuperar mi Fe me hizo soltar el ego, poder cerrar los ojos cuando me ataca la ira, o la ansiedad, o la angustía y decir: "Vos que podés lo que Yo no, porrr favoooorrrr, devolveme la paz, llevate mi preocupación", y cuando abro los ojos, milagrosamente puedo seguir haciendo mis actividades, cuando antes ni eso. Sigo sin ser la más fervorosa de las fieles, pero hoy día le hablo y saben ¿qué? me responde... para mi, eso es simplemente increíble. 

miércoles, 7 de agosto de 2013

Mallomío

Mallomío, 

te escribo hoy para decirte que lamento mucho todo lo que te ha sucedido en tu corta vida sin ser tu culpa: tus ansias, angustias, .... Perdoname Mallomío.

Quiero que sepas que desde antes de que empezaras a habitar mi ser, te anhelé y desié con toda mi alma y con todas las fuerzas de mi interior. Deseaba con locura poder revivir la experiencia de la maternidad desde un lugar en el mundo en el que me sintiera mejor acerca de mi misma, con mayor madurez y disposición de maternar... pero no fue así. A pesar de que los años habían pasado, que mi cuerpo estaba listo, y que mi mente me decía que era el momento perfecto (y lo era, porque no hay nada que hubiera podido pasar mejor que lo que pasó), todos los asuntos que no estaban resueltos de mi niñez seguían (y siguen) persiguiendome, voicoteando mi presente, pidiéndome que los resuelva. Mi niña interior lloraba por los rincones de mi alma suplicandome que la consolora... ya no era un niño que lloraba pidiendo el pecho de su madre, el calor, el consuelo... eran dos... vos y Yo. 



Quiero que sepás que te he amado profundamente desde que ví la prueba de embarazo en positivo... que he luchado intensamente todos los días de mi vida desde que te supe en mi vientre por ser la mejor versión de mi misma para poder ser el mejor ejemplo para vos... el más humano, el más cálido, el que siempre busqués en tu interior como refugio en las tempestades, o cómo fuente de sabiduría para tu propio crecimiento. 

Quiero que sepás que sigo en la lucha, con tenacidad y con valentía enfrento cada día con un profundo convencimiento de que éste día va a ser mejor que el anterior... pero soy humana Mallomío... de carne y hueso, a quién le duelen las cosas, quién no siempre las puede entender y explicar... soy una mujer más en éste basto pero tan pequeño mundo que quiere cambiar y transformarse, que quiere ser, cual Fenix, capaz de reinventarse, de renacer siempre de entre las muchas cenizas acumuladas a través de batallas vividas y perdidas (o ganadas?).


Quiero que sepás que sos un gran ser humano, has sido capaz de mostrarme desde tu inocencia todos y cada uno de los días de tu vida, tu inmesa capacidad para amar y perdonar... tu gran fortaleza de caracter con el que me haces saber siempre qué necesitas, qué querés, cuando... con esa carita y esa fuerza interior, siempre me llenas de amor y bondad, me abrazás con ternura e inocencia... ¡cuanto daría por estar en tus zapatitos y sentirme así Mallomío! 

Quiero que sepás que con humildad pido todos los días la capacidad para poder guiarte por la senda de bien, para mostrarte el mundo y su belleza, para poder enseñarte a diferenciar entre lo bueno y lo malo... para enseñarte el valor de lo que nos rodea: los lazos familiares, el hogar, la naturaleza, la compasión por un animalito como por nuestros semejantes.... para entender más y más los valores que necesitas para desarrollarte en este mundo tan convulso... para poder ver el día en el que abrás tus alas y volés para convertirte en todo aquello que desiés y que sé que serás capaz de hacer...



Quiero que sepás que hoy más que nunca hago lo mejor desde mi realidad de vida y con las herramientas que cargo en mi maletín emocional, para ser mejor y mostrarte mi cara mas humana, mas real... no una imagen de mamá que no llora, que no siente, que no aprende... No Mallomío, quiero que me veas humana y ser capaz de enseñarte a través de mis adversidades hoy y siempre que lo necesités.

Te amo profundamente pequeñito, y lo lamento mucho de verdad... ésa fue la vida que me tocó vivir, no la escogí, no la quería, NO la quiero, pero te prometo que seguiré trabajandola para hacer la tuya mejor.

Tu Mamá.

lunes, 5 de agosto de 2013

¿Y cómo vivo después de Christian Grey?


Hace días quería escribir esta entrada no por el boom de los libros de la escritora británica E.L. James, si no por el efecto post lectura que genera el libro: esa sensación de vacío, de ausencia, esa necesidad de algo más que me dejó fue enorme; claro porque yo me decía a mi misma: "éste hombre no existe, Antonella. Recordá que es una novela; pero que chiva sería que existiera, si fuera así, ¡lo quiero para mi!" y un sin fin más de argumentos que solamente incrementaban mi deseo de convertir a mi marido en una réplica de Christian Grey.

50 Sombras
En esa obsesión que me poseyó durante unas semanas, estuve viendo vídeos inspirados en la trilogía en diferentes páginas, hasta que me encontré con uno que se los dejo aquí, para que lo vean y que me impactó mucho, más que nada porque me trajo de nuevo a la realidad acerca de lo que la autora propone y el impacto real que tiene en nuestra psique como mujeres.

Enfrentemos la realidad: vivimos en una sociedad altamente misógina, (definición en éste link), que a través de la historia ha ideado formas de mantener ésta forma de menosprecio, de pensamiento... no sé, presente en todos y cada uno de los pequeños detalles que nos rodean. ¡Ni siquiera somos concientes de ello!, y ¡este libro está plagado de ella! está tan profundamente arraigado en nuestro psique que una mujer (vaya conciencia gremial de paso) viene y escribe al respecto y detalla morbosamente todos y cada uno de los detalles de una relación con un hombre totalmente misógino (porque odia a su madre): cómo ejerce poder a través del sexo, cómo le gusta controlar a su "pareja", y lo encontramos romántico y hasta la hacemos millonaria en su primer obra literaria escrita... bonita cosa diría mi suegra. El colmo se da cuando elevamos al nivel de "heroína"a la protagonista, Anastasia Steele, porque logra salvar a éste personaje maltrecho (y entendámonos, todos tenemos derecho a segundas oportunidades y a enderezar nuestras vidas. Todos cargamos un maletín lleno de vivencias del pasado que necesitan ser resueltas y Christian Grey no es la excepción), pero insisto, veamos la realidad, Anastassia Steele no es más que una mujer co-dependiente que no tuvo a su figura paterna biológica (porque muere siendo ella una bebé de meses), si no que tuvo a un papá sustituto (a quien ama profundamente) pero que no logro seguirle el ritmo a su intensa madre, por tanto este Sr. no era precisamente el mejor modelo de carácter, de fortaleza, ni el mejor modelo de lo que un hombre como tal puede ser, estaba en el extremo opuesto de Christian. Ese vacío Anastassia intenta llenarlo con su amor por Christian y falta de amor propio... habiendo sido tan insegura de si misma, virgen a la edad de 22 (creo, lo cual no tiene nada de malo) retraída, con baja autoestima, "ratón de biblioteca" como ella misma se define al hablar de su relación con sus novelas literarias, asume su sufrido amor por éste hombre como absoluto, y decide tratar de cambiarlo (los que pertenecemos a comunidades de codependientes estamos muy claros en lo que significa vivir la vida para cambiar a alguien o controlar sus actos) aceptando cosas que no le gustan, con las que no se siente cómoda, que la hacen sentirse mal y degradada... pero aún así, su "amor" prevalece en ella y acepta todo a pesar de que éste amor no le hace bien. Al final, al enfrentarse "valientemente" al pasado de éste hombre, lo libera finalmente en un ser que a su lado, es un hombre mejor y libre. Les aseguro que no todas tienen un final tan feliz.

Tomado Crisálida, una esperanza perenne

Me impresionó mucho entender lo rápido y fácil que fue para mí irme en la espiral de desenfreno y "romanticismo" mal disimulado de las novelas... las leí en una semana las tres, totalmente obsesionada no paraba de leer, día y noche. No me dí cuenta que en mi fuero interno estaba cocinando lo que tanto critico a la luz pública: la cosificación de la mujer en la sociedad entre un sin fin de matices que tal comportamiento presenta; me dió verguenza descubrir que había caído presa del prejuicio y sin darme cuenta. 

Yo no tengo nada en contra de los juegos sexuales sadomasoquistas, cada quién son su gusto, pero la forma en que lo presenta la autora, cómo Christian lo explica clarísimo a Anastassia: "me gusta el control que me ofrece", y lo justifica diciéndole que son adultos y que lo que hagan tras las puertas del dormitorio es problema de ellos, aunque literalmente la esté golpeando y la acabe convenciendo de que lo está disfrutando (¡eso es manipulación!) es una Oda al abuso versificado, más cuando ella reconoce que se siente humillada, degradada, entre otras cosas.

Para terminar, sí me las leí, sí me gustaron, lo disfrute y mucho, pero eso no me aleja de reconocer su transfondo de abuso de poder, cosificación, y misoginia implícita. Claro es sólo mi humilde opinión acerca de ésta novela literaria.

Vivo después de Christian con un hombre de carne y hueso, que existe, que en su humanidad se equivoca, da lo mejor de sí, crece a mi lado, me respeta y ama como soy.

Mi esposo y Yo :)

miércoles, 12 de junio de 2013

Para variar un poco... GRACIAS

¡Hoy ha sido un día espectacular!, no puedo decirlo de otra manera. Realmente hoy ha sido uno de los días más felices de mi vida, y no porque mi felicidad dependiera de mi hijo, si no porque pude disfrutar feliz y tranquila de uno de los mayores gustos que nos podemos dar las madres: ver a nuestros hijos felices, tranquilos, realizados, y por cuenta propia! ésa es la parte más hermosa. No porque me lo debe a mi, no porque Yo lo ayudé, si no porque él es especial y lo logró.

Mi adorado hijo mayor hoy asumió "poderes" en su escuela como Presidente del gobierno estudiantil. Hace unos meses, en mi desesperanza, pensaba que no nunca tendría la oportunidad de verlo a él "darme" a mi un gusto de éstos... cuan equivocada estaba. De veras que la desesperanza, decepción, tristeza son de las peores voces en la cabeza de una persona. Llenan de negativismo la vida, y como dicen en CODA: "lo que usted piensa, usted es. Cambie su manera de pensar y va a cambiar usted". Pues si lo de hoy fue una "probadita" de como cambiará mi vida, si cambio mi forma de pensar.... QUIERO MAS!!! Quiero seguir cambiando para estar como los scouts "Siempre lista" para vivir la vida llena de positivismo, amor y felicidad; siempre lista para vivir a plenitud todos y cada uno de los momentos hermosos, y malos también que la vida me tenga delante... no tengo más miedo.

Mi hijo convertido en el Presidente del Gobierno Estudiantil de la Escuela Reverendo Schmidth :)

Hoy fui a ver a mi hijo dar un hermoso discurso... hermosísimo. Oírlo hablando, nervioso (demostrando su humanidad!), juramentandose, sonriendo orgulloso de si mismo a la cámara... son emociones que no tienen palabras para ser descritas por mí... osea me dejo sin palabras... señores y señoras... eso es MUCHO DECIR.
Soñé incansablemente muchas veces con momentos como ese: entrega de un cuadro de honor, de un reconocimiento al mérito, de un trofeo... no sé, de cualquier cosa que me llenara de orgullo, buscándolo afuera de él y de mí. Pero hoy, la persona que fue a apoyar a mi hijo era otra. Hoy fue una madre feliz, contenta, realizada; fue una madre que tenía amor para darle, no importa qué, no importa cómo. No tenía condición mi amor para él, era amor puro y genuino!

Ahí sentada, viéndolo, le sonreí muchas veces y me devolvía la sonrisa con timidez, y cuando terminó el acto, me abrazó y le dije: "Gracias por permitirme vivir éste momento con vos, por darme la oportunidad de ser espectadora en primera fila de cómo te convertís en el hombre que Yo sé que sos Nacho. GRACIAS TOTALES!" y es de verdad mi emoción, es genuina. Estar ahí me llenó de una alegría increíble que de verdad no sé describir.
Mi hijo Ignacio y Yo
Gracias a la vida por darme la oportunidad de ser una mujer nueva para poder estar ahí para mis hijos, para apoyarlos sin condición. Gracias a Dios por haberme permitido encontrar mi punto de equilibrio, por el cual estoy dispuesta a luchar el resto de mi vida; por haberme dirigido a CODA en donde hoy encuentro mi remanso de paz. Gracias Nacho, por permitirme estar con vos en tu lucha, viéndote, apoyandote, siendo tu madre de manera sincera e incondicional. Gracias por tu amor que me llena de ternura hijo mío.

GRACIAS DIOS POR EL DÍA DE HOY <3

miércoles, 22 de mayo de 2013

Sanando a mi niña interior

1. ¿Cuando tenía 5 años o menos pensaba que algo andaba mal con usted?

R/ Recuerdo que tenía muy pocas amiguitas, bueno de hecho amiguitos tampoco tenía, sólo dos amigos, a los que quería mucho y con los que jugaba en el kinder, pero nadie más. Recuerdo que Yo no sabía porque lloraba, nada mas lloraba mucho y siempre sentía un enorme deseo de irme de mi casa, y llevarme a mi hermano menor conmigo (en aquella época era un bebé de meses). Sentía que no quería dejarlo sólo y que sufriera, pero no recuerdo porque.

2. ¿Cuando niño, cuántas veces u horas te dijeron lo maravillos@ que eres?

R/ No recuerdo haber escuchado eso. Recuerdo que me decían que Yo era una niña muy capaz, que si quería podía ser la mejor de mi clase... era un discurso muy repetido, siempre me lo decían, pero nada más.

3. ¿Qué tantas veces de niño te dijeron que eras amado, brillante o inteligente?

R/ Tampoco recuerdo esas palabras, talvés brillante e inteligente, pero porque siempre me decían que era igualita a mi papá, quién era de "100 corrido", y me decían que Yo debía de ser cómo él. Era una etiqueta con la que me identifiqué a la perfección en mi adultez joven de hecho... Amada... definitivamente no, nunca me lo dijeron.

4. ¿Cuantas veces de niño pudiste hacer lo que se antojara sin esperar o recibir reclamo, regaño y/o castigo?

R/ Siendo honesta conmigo misma, siempre hice lo se me antojara, pero ciertamente después me pegaban la regañada... era 1:1 la relación, lo hacía y siempre me regañaban. Me acuerdo que me decían que era "mal portada", "sumamente inquieta", "se levanta sin pedir permiso".

5. ¿Cuantas veces tus padres o adultos cercanos te proyectaron que te ibas a convertir en una gran persona?

R/ Siempre me decían que tenía "mucha capacidad", pero hasta ahí. Recuerdo una vez que teniendo una amiga por correspondencia en USA, mi papá me ayudaba a escribir la carta en inglés, y me preguntó: ¿que querés ser cuando seas grande?, ella te pregunta. Y le dije sin pensar: ¡Secretaria!; pues en mi mente me visualizaba frente a una computadora, en aquella época máquina de escribir, con muchos papeles alrededor mío, con lentes en mis ojos... jaja, me río porque hoy que estoy escribiendo ésta entrada estoy haciendo exactamente lo que en mi imagen Yo me veía haciendo, y la escena es la misma... muchos papeles, lapiceros... en fin... mi papá se puso tan bravo... me gritó: "¿qué es que no podés desear ser algo más importante? ¿Abogada?, ¿ingeniera? ¿arquitecta?, AH!? y no me siguió escribiendo la carta... juro por todos los seres supremos que existen, que en ese momento no tenía idea de qué eran ninguna de esas cosas... tenía 8 años por Dios!!!.

Tomado de Meditación 1111


6. ¿Cuantas horas de tu vida te dijeron NO?

R/ Bueno pues muchas la verdad. Usualmente acompañadas de: "porque YO DIGO".

7. ¿Cuantas horas de tu niñez te estuvieron diciendo: DEBERIAS, DEBERIAS, DEBERIAS (Comer, bañarte, no hablar, ser bueno)?

R/ De hecho me decía que TENIA: que ser mejor que mi papá, no llorar frente a mis hermanos, ejemplo de mis hermanos, ser la hermana mayor lider...

Los debes y deberías siempre producen una sensación de tensión que aumenta a medida que la persona trata de actualizar sus "debes" dentro de su comportamiento. Más aún debido a la externalización del proceso, los debes siempre contribuyen a perturbaciones en las relaciones humanas de una u otra manera... Acaso los "debes" determinan parte de tu vida?

8. ¿Sientes que debes de ser amable con tus compañeros? Y cuando no lo haces ¿cómo te sientes?

R/ Si, siempre siento que debo de serlo, cuando trabajaba para una compañía X siempre me decian que mi modo era muy grotesco y que alejaba a la gente, que por eso no podía crecer. Reforzaban mi sensación de que no le caia bien a nadie, y cuando estoy conociendo gente, siempre me preocupo mucho por usar palabras amables, que no vayan a hacer sentir mal a nadie. Cuando dije algo que persiví a la persona no le gustó, me digo a mi misma: "como siempre vos... te habías atrasado cayendo mal!"

9. ¿Sientes que debés de apoyar a tu pareja en todo? Y cuando no lo hacés, ¿cómo te sentís?

R/ Siento que si no lo hago, lo traiciono. Que si no soy "fiel" a sus necesidades mas que nada laborales por el negocio que tenemos juntos, soy una traidora.

10. ¿Sientes que debes de ayudar a tus hijos en todo y siempre aunque ya sean adultos y tengan sus propias vidas? Y cuando no lo haces ¿como te sientes?

R/ Aún no tengo hijos adultos, pero así me he sentido con mi hijo de 12 años, más que nada porque nació siendo Yo soltera, lo cual me ha generado mucha culpa a través de los años.

11. ¿En qué momentos o lugares se siente con más seguridad?

R/ Me siento segura en mi casa, cuando está mi esposo. Solamente de día, porque de noche me da miedo.

12. ¿En qué momentos o lugares se siente inseguro?

R/ En mi casa, si es de noche y mi esposo no está. Siempre dejo la puerta abierta, pero si él está la puedo cerrar sin remordimientos. Si estoy en un cuarto en mi casa, mantengo las puertas abiertas, aunque esté mi esposo en el primer piso. No me gustan las puertas cerradas del todo. Si me estoy bañando también me pasa.

Tomado del libro "El poder está dentro de tí" de Louise L. Hay

El camino para el amor

Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás.

Sólo cuando aprendes a vivir en soledad, podes vivir en una relación.

Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar, y aceptarte para aceptar, ya que nadie puede dar lo que no tiene dentro de sí.

Ninguna relación te dará la paz que no tengas en tu interior.

Tomada de Zien Mil Mitos


Ninguna relación te brindará felicidad que no construyas.

Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando seas capaz de decirle: No te necesito para ser feliz.

Sólo podemos amar y recibir amor, si somos personas autónomas que no necesitan manipular ni controlar a los demás para sentir que aman o son amadas.

Sólo se puede ser feliz cuando dos personas felices se unen para compartir su felicidad, no para intentar hacerse felices la una a la otra.

Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, necesitas auto estima y la práctica de una libertad responsable.

Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas, es una fantasía que sólo trae frustraciones. Por eso, amate mucho, madura, y el día que puedas decirle a otra persona: puedo vivir sin vos y ser feliz, ese día estás preparado para compartir tu vida con ella.

Reflexiones para el Alma de José Luis Prieto.

CODA: Codependientes en Victoria

Después de todas las experiencias vividas en lo últimos meses, y tratando siempre de ser responsable conmigo misma y mi familia, y más aún por cómo toda la situación había afectado mi persona en términos generales, decidí seguir el consejo de un familiar y empezar a asistir a las reuniones de un grupo de 12 pasos para codependientes.

Inicialmente fui para entender qué eran y si realmente me iba a servir a mí, y he de aceptar que me siento muy bien desde que estoy yendo. No hacen milagros como dicen ellos, pues la decisión de cambiar y ser mejor persona es de uno mismo, y si uno dice: "No puedo, no voy a cambiar nunca, soy así", pues tiene uno razón; ¿pero de qué se trata éste programa?, bueno, les voy a contar.

Comenzaron por explicarme qué somos los codependientes, y para eso, les voy a compartir las características señaladas por Codependientes Anónimos:

Las características listadas a continuación se han tomado directamente de los folletos distribuidos por codependientes anónimos, ésto nos irá clarificando qué es la codependencia:
  1. Asumimos la responsabilidad por los sentimientos y las conductas de otros.
  2. Tenemos dificultad en identificar sentimientos, ¿estoy enojado?, ¿triste?, ¿solitario?, ¿feliz? 
  3. No podemos expresar los sentimientos: me siento feliz, triste, lastimado.
  4. Tenemos miedo de cómo los demás van a responder a nuestros sentimientos.
  5. Tenemos dificultades en formar y mantener relaciones cercanas.
  6. Tenemos miedo de ser rechazados o lastimados por otros. 
  7. Somos perfeccionistas y abrigamos demasiadas expectativas de nosotros mismos y los demás.
  8. Tenemos dificultades para tomar decisiones.
  9. Tendemos a minimizar, alterar, o negar la verdad de cómo nos sentimos. 
  10. Las acciones y las actitudes de otros determinan nuestras reacciones y respuestas.
  11. Tendemos a poner las necesidades y deseos de otros antes que los nuestros.
  12. Nuestro miedo a la ira de otros determina lo que decimos o hacemos.
  13. Nos cuestionamos o ignoramos nuestros valores para relacionarnos mejor con otras personas significativas. Valoramos sus opiniones más que las nuestras.
  14. Nuestra auto estima se rige por la influencia de otros. No reconocemos cosas buenas acerca de nosotros mismos.
  15. Nuestra serenidad y atención mental están determinadas por los sentimientos y conductas de otros.
  16. Juzgamos muy duramente lo que hacemos, pensamos y decimos, pos los estándares de otros. 
  17. No creemos que ser vulnerables y pedir ayuda sea normal y esté bien. 
  18. No sabemos que está bien hablar de los problemas fuera de la familia; que los sentimientos son sólo eso y que es mejor compartirlos que negarlos, minimizarlos o justificarlos. 
Cuando leí todas éstas características me preocupé de ver que yo tenía identificadas para mí más de la mitad... ¿soy codependiente?, ¡no lo sabía! y ahora ¿qué hago?

Pues bien, en el programa nos confrontamos constantemente con nuestras conductas, y el porque de las mismas... nada más que uno al comenzar, no entiende qué es lo que está pasando (al menos en mi experiencia personal).

¿Quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿porqué soy así?, bueno, es interesante que en las sesiones, lo que hacemos primero oír es una charlita de un tema que por supuesto no son al azar, no inventan el agua tibia, es un programa internacional... entonces comienzan por donde más duele... nos confrontan, nos hacen recordar ¿quiénes eramos de niños?, ¿cómo era nuestra vida?

Origen: La familia disfuncional... digamos que siempre supe en mi corazón que las cosas no siempre podían ser así como eran en mi casa; me cuestionaba constantemente si en todas las casas la gente se gritaba, se trataba de imbécil, estúpida, mongola... me cuestionaba ¿cómo eran los papás de mis amigos?, ¿tomaban también?, ¿las mamás lloraban tanto?, en todas las casas del mundo, ¿los papás y mamás siempre están bravos?. Pues bien, cuando comencé a hacer terapia a la edad de 23 años, una de las primeras cosas con las que tuve que romper fue con las discusiones en mi casa, Yo siempre me decía a mi misma, en mi cabeza: "es que no me gusta que papi me grite, me siento tan mal... " pero no sabía como hacer para que aquello no pasara... recuerdo con claridad las palabras de mi terapeuta enseñándome qué decir y cómo actuar si se iniciaba una discusión. Cómo, si me empezaban a gritar y Yo sentía deseos de hacerlo, cómo bien lo hice un sin fin de veces, tenía que decir: "Yo soy un ser humano, que merece respeto, y que entiende si no le gritan, NO me grite más. Si quiere decirme algo, voy a estar en mi cuarto" y tenía que levantarme de donde estuviera e irme a encerrar a mi cuarto y gritar con la almohada en la boca... Recuerdo la sensación de ahogo en el pecho, porque entraba al cuarto llena de rabia e ira... se me iba el aire del enojo que sentía y las ganas que tenía de gritarlo a los cuatro vientos en contra de aquel que me estaba "jodiendo la vida". También recuerdo cómo tuve que empezar a decirle a mis hermanos cuando me adjetivaban: "no me gusta que me diga estúpida, ni aunque sea de broma. No lo soy, no me diga así" y recuerdo los pleitos: "que raro usted de ridícula!, para no variar!". Poner límites en una familia disfuncional es MUY MUY MUY difícil.

Entendí también que existen ciertas necesidades en el ser humano que se deben de satisfacer para que logre desarrollarse como un individuo sano (De Franco, 2000) y sin ningún orden en particular:

  • Sobrevivencia, seguridad, atención, cuidado.
  • Amor incondicional, lealtad.
  • Afecto expresado en palabras y en contacto físico.
  • Apoyo, ser escuchado, aceptación.
  • Aeducación, disciplina sana.
  • Respeto, privacidad, sentirse bien respecto de su identidad sexual. 
  • Sensación de logro, control, poder.
  • Creatividad, libertad, tomar desiciones, equivocarse.
  • Oportunidad de llorar pérdidas.
  • Guía espiritual sana, crecimiento.
  • Diversión, crecimiento.
  • Sentido de pertenencia.

Les muestro una imagen muy rudimentaria creada por mi :) que ejemplifica cómo nos sentimos los codependientes:


De las anteriores, ¿cuales necesidades emocionales no fueron satisfechas en tú infancia?, ¿qué efectos han tenido éstas carencias en tus relaciones interpersonales?



jueves, 4 de abril de 2013

Del Respeto y ese montón de babosadas (II)

La última vez que escribí acerca de éste tema, estaba muy molesta y resentida por las cosas que estaban pasandome en ése momento de mi vida: recién mi hijo Ignacio se había ido a vivir con el papá y en el periodo... llamemoslo de acomodo a cómo iban a funcionar las cosas para toda la familia extendida (hablo de mis papás, primos, tíos: a quién llamo si quiero ver o invitar a nacho a alguna actividad?), no hubo tiempo de establecer límites claros y pausados de cómo Yo, la mamá de Ignacio quería que ésta nueva situación se manejara a nivel de mi familia extendida, ¿porque digo que no hubo tiempo? porque las actividades llegaron y yo aún estaba "nadando" en aquel sentir tan duro... no lograba darle claridad a mis pensamientos a pesar de que se los había externado a varias personas y que esperaba que fueran capaces de compartirlos de manera oportuna... 

El punto es que igual no era su responsabilidad, era la mía, pero en mi propio tiempo, no en el de los demás. Al final del día Ignacio sigue siendo mi hijo, y era Yo la llamada a dar claridad de cómo iba a funcionar el asunto. Y bueno la pregunta del millón de colones es: ¿Cómo quería Yo que se manejara el asunto entonces? Pues bien, a través mío, así de sencillo. ¿Un permiso?, conmigo. ¿Una invitación?, conmigo. ¿Un paseo?, conmigo. Las cosas para mí no tenían, ni tienen  que cambiar en lo absoluto. De ahí que respeto se haya vuelto mi palabra favorita, al lado de confianza, pues al final de cuenta la gente piensa y hace lo que le parece que es mejor desde su propia realidad de vida, pero nunca considera a los demás (¿nunca? ¿seré muy severa en esta afirmación?) y de igual manera lo hago Yo.

Pero no tuve chance, no hubo tiempo porque se me adelantaron... se me adelantaron y pasaron por encima, ahí está mi enojo. No puedo ni siquiera decir que lo siento, porque no, no lo siento. Estos meses han sido muy duros, y Dios me ha llevado a lugares que no sabía que existían, y todo éste proceso me ha llevado a conocerme mejor, a valorarme más, a perdonarme, a tratar de ser mejor viviendo cada día a la vez. El autorespeto es parte de ésta nueva forma de vivir mi vida, y por tanto, no pretendo sacrificarlo por nadie, ni siquiera mi familia extendida.

Aquellos que quieran subirse en mi barco de autorespeto, consideración y empatía son bienvenidos, y aquellos que no desean hacerlo los dejaré tras de mí. En mi barco va mi esposo, mi compañero fiel, incondicional que me respeta y ama así de intensa y loquilla que soy...nunca podría ser mejor que con vos mi amor, de paso ¡Gracias!, subí a Javier que es mi pequeño retoño, un ser infinitamente puro que vino a mi vida a darme una nueva experiencia de amor incondicional y a través de la adversidad. En el camino quiero encontrar a nacho, quiero que se suba si así lo desea porque nunca más en mi vida hijo te impondré nada, nunca más querré Yo que seas alguien a mi agrado; mi autorespeto y autoimagen van de la mano del respeto por los demás y su forma de ver la vida, aunque no la comparta. Te prometo nunca más condicionar mi amor a tus acciones alineadas con mi forma de ver la vida, por el contrario, te amaré como el ser libre que sos, porque naciste ¡PARA VOLAR! Espero estar a tu lado para ver ése espectáculo que será tu independencia Ignacio, y ojalá que nos veamos aunque sea vos en tu barco y yo en el mío. 

Todos los demás, les guste o no, compartan o no lo que hago tienen un lugar en mi corazón, que lo hice para aquellos a los que sigo respetando, pero de largo. No quiero en mi vida gente que me condicione su amor, que me ame sólo en mis buenas, y no en mis malas, que me nieguen un favor, porque hacen los favores que les conviene nada más, nadie tiene la obligación de hacer un favor a nadie, pero si la decencia de si no lo va a hacer, respetar el sentir de los otros. No quiero en mi vida gente que un día me habla y me abraza, y otro me ve en la calle y me esquiva, me quita la mirada... ahí están y estarán siempre, pero yo andaré por otros caminos, caminare el nuevo camino que Dios puso en mis pies descalzos para que yo creciera y fuera mejor persona, para que me amara y respetara a mi misma como nunca antes Yo lo había hecho.

Quisiera decir que cierro éste capítulo en mi blog, pero sé que falta tiempo aún para que mis heridas cicatricen. Sé que tengo que seguir hablando y desahogandome, y pienso seguirlo haciendo, por mi sanidad mental, emocional y física. Por el bien de mi esposo y mis hijos que son lo mas importante que tengo en mi vida.

martes, 22 de enero de 2013

El Respeto y ese monton de babosadas (I)


Una vez un muy amigo mío, siendo yo una muchacha soltera de 21, 22 años en aquella época, y conversando acerca de lo que yo quería en aquel hombre que se fuera a convertir en mi esposo, me decía que yo debía de tener muy claro en la vida qué cosas yo no estaba dispuesta a sacrificar por aquello que yo quería:

"Antonella, en el amor y la vida en general, uno tiene que hacer sacrificios, desprenderse de cosas por obtener otras mejores. Así funciona esto. Usted ya sabe que cosas puede "perdonar" en un hombre para que sea su compañero de vida?; por ejemplo: tiene que amar a su hijo cómo a usted, cierto? debe de respetarla como mujer, debe de ser trabajador y honrado, pero... y si es calvo y chaparro? que pasaría entonces?" 

y aquella conversación casual se convirtió en una frase que me marcaría de por vida, no sólo por el planteamiento, si no por lo profunda de la reflexión que me generó; básicamente yo tenía que saber que cosas en el hombre con el que me casara podía dejarlas pasar, y que cosas NO podían dejar de suceder para el éxito de mi relación.

Pues bien, esa pregunta que mi amigo me hizo se me quedó en la mente, y entonces cada vez que me encontraba frente a una situación de "lucha" en donde necesitaba dejar ir algo, o aceptar algo en otra persona, me preguntaba: "esto es algo por lo que yo no podría seguir viviendo en paz conmigo misma si dejo de hacerlo?, es algo que me irrespeta si lo hago?, puedo vivir si no lo tengo, o si lo tengo?" empecé a cuestionarme de ésta manera todo aquello que me llegaba a mi vida y bueno me ha dado resultados, según Yo :)

Porque explico todo ésto, bueno, pues porque una de las cosas que decidí hace mucho tiempo que no puedo vivir sin es el respeto. Me costó muchísimo entender no sólo qué era, si no como me lo profesaba a mi misma. Esta entrada no es acerca del significado del respeto según la RAE, pero acerca de lo que significa para mi, habiendo sido criada en el seno de una familia en donde nunca existió. Nunca tuve referencias en las relaciones humanas, porque a pesar de que mis padres se aman, su manera de amarse (aprendida también) era entre gritos, descalificaciones, maltratos... con infidelidades incluidas. Entre mis hermanos y yo tampoco, pues si definitivamente sin querer nacieron entre nosotros rivalidades que nos confrontaron desde muy pequeños, envidias, celos, y tras de eso otorgamiento de poderes por parte de los padres a los hijos que generaban mas roces aún... 

Cómo me profeso respeto a mi misma?? una incógnita cuya respuesta fui desenmarañando conforme avanzaba en mi terapia, entendiendo cómo me amaba a mi misma... construir una auto imagen positiva como hija adulta de un alcohólico y así mismo, a partir de ésta, desarrollar relaciones personales sanas... cosas de las que fui bastante carente durante mi desarrollo como adolescente y posterior adulto joven.

Conforme lo logré, me fui aferrando al respeto como un baluarte importante en mi vida, y más aún, cómo algo que definitivamente iba para mi lista de "must have"... claro el tema de cómo lo pedía o mantenía, como decían donde yo trabajaba: el éxito está compuesto por el "qué", y el "cómo", ambos componentes son indispensables", era otra cosa... mi cómo siempre ha sido medio atropellado, muy impuesto y medio pelión... ahí he ido limando mis formas de pedir las cosas, de decirlas, de mantener posturas que me han resultado importantes en mi vida. No obstante sigo siendo testaruda a la hora de hacer y decir las cosas, es algo que simplemente no puedo evitar.. por ratos me pregunto si hay cosas, rasgos de la personalidad que simplemente no se pueden "corregir", porque no son corregibles...

Volviendo al tema del respeto, me encuentro en una disyuntiva, esto muy a pesar de que tengo plena certeza en mi cerebro del porqué hago las cosas y tomo las decisiones que tomo, pero un enfrentamiento con la familia definitivamente pone a cualquiera a cuestionarse las cosas. Mas aun, cuando esa familia  es gente a la que realmente uno ama, gente con la que uno nunca pensó que se podía distanciar, porque seamos francos, hay familia a la que definitivamente uno le gusta no sólo mantenerla bien largo, pero también que no le interesa mucho lo que piensen. Este no es el caso. Es gente a la que he amado con todo mi corazón, con la que me crié... pero que hoy día, en este momento de mi vida, donde enfrento la toma de decisiones tan radicales, duras y por encima de todo, tan inesperadas, me siento en la necesidad de no tenerlas en mi vida más.

El no compartir la posición de alguien con respecto de algo, es (o debería ser) simple, pero no lo es. No lo es cuando hay de por medio emociones, sentimientos. Personalmente creo, con base en mi propia experiencia de vida y también por lo que he leído, que todos en la vida creemos que nuestras posiciones frente a cualquier cosa en la vida son las correctas, por eso es que las hacemos no? así de simple. Pero, al ser seres sociales como lo somos, entramos en conversaciones y más aún yo, siendo tan insegura como lo soy, acerca de lo que uno quiere hacer, lo comparte, lo comenta con gente de confianza, buscando así distintas opiniones y perspectivas y así llegar a la mejor acción posible. Pero eso es cuando es una decisión personal hacerlo, entonces que pasa si uno no lo hace? Si uno no quiere hablar de lo que va a hacer, o ya hizo? Es más que pasa cuando uno simplemente no complació a nadie con una decisión? Si no compartimos lo que hizo, que hacemos?

Durante los últimos 6 meses he tenido que tomar decisiones en mi vida que no sólo creí que NUNCA iba a tener que si quiera pensar en ellas, pero sumamente DURAS y desgarradoras, y las tomé sola, en el seno de mi hogar, al lado de mi esposo, el único con el que compartí mi carga, porque definitivamente era MIA, de nadie más. Por más que a través de los años, todos los miembros de mi familia extendida (padres, hermanos) se hayan sentido en un lugar privilegiado de la vida de mi hijo mayor, eso fue algo circunstancial, porque en una situación "normal", el hubiera nacido aparte, con sus papás juntos y con absoluta responsabilidad sobre él. Pero no fue así, por eso ahora mi sentir es que no sólo la gente se siente con derecho de opinión, pero con derecho de señalar las decisiones que tomo. Y sólo para aclarar, mis padres y hermanos podrían opinar, pero no lo hacen. Me respetan. (aaaahhh volvemos a la palabrita)

Voy a dejar la entrada hasta acá hoy, y la termino en una segunda parte en los próximos días. 

jueves, 17 de enero de 2013

De días festivos felices

Hacía muchos años que no pasaba una navidad en la que no me sintiera súper feliz... contenta, agradecida... amada... Claro, a pesar de haber enfrentado en diferentes años de mi vida, un sin fin de retos y pruebas que creía habían sido duras, nunca antes había vivido un fin de año como el cierre del 2012.

Hace poco leí en Facebook algo que, parafraseando, decía: "nunca sabes cuan fuerte sos, hasta que te toca ser fuerte"... y me sentí profundamente identificada con éstas palabras pues, aunque alguna vez me jacté de lo fuerte que era, nunca nada me preparó para éste año que terminó, y que bueno... debo de decir que agradezco infinitamente a Dios porque realmente se acabó!

Por un lado, no pretendo jactarme de mi fortaleza, más bien, pretendo hablar de mi debilidad de espíritu, de como presa de miedos, fobias, impotencia, dolor saqué la "faena" adelante. De como me he sentido los últimos seis meses del 2012... tan confundida, perdida... la mayor parte del tiempo no sabía si estaba haciendo lo correcto, Cómo saberlo? creo que ningún padre lo sabe. Nuestros hijos vienen al mundo y llenos de ilusión empezamos la aventura simplemente amando locamente a esos seres tan diminutos, pero que nos vuelven locos; "me asesoré", "pregunté", me rodié de "profesionales" que me ayudaran a hacer lo que creí que era lo mejor para Ignacio, así de "simple" fue. Ahora que lo pienso, leerlo suena definitivamente como una tarea de dos semanas vrs los meses que fue, y no es representativo del esfuerzo titánico que fue, pero así es la vida no?, lo que para mí significó no sólo un esfuerzo sobrehumano, si no también un gran sacrificio, para otras personas probablemente es algo simple y sencillo de manejar, o talvés no tan trágico.

Tampoco he sido nunca de amigos... tengo pocos, muy escasos amigos, por tanto mi grupo de apoyo era muy "debil", reducido a mi esposo y un familiar de mi confianza y... y ya! sí... por desición personal, mantuve a mis padres y hermanos muy al límite de lo que sucedía... creí que lo mejor para ellos era la ignorancia, y en un acto que se pudo confundir con "automartirización", me heche el problema encima sola.

En un momento de la historia, creí que era bueno abrir mi corazón a contar mi tragedia personal (porque eso era), sentí que talvés contandola iba a empezar a sentirme mejor... creo que últimamente éste pensamiento tan bien intencionado, resultó ser la pala con la que "cavaría mi tumba", muy sarcásticamente lo digo porque realmente me siento que fue soga para mi propio pescuezo... y la verdad me pasa a menudo últimamente, es algo a lo que le tengo que poner atención, esa necesidad de comentar las cosas todo el tiempo... "cargada de buenas intenciones".

Así lo hice y hable con diferentes personas (las equivocadas?), y por un momento sentí bonito vacíar mi pecho de dolor y "compartir la carga". Así fue. Pero conforme pasaban los días posteriores a la partida de mi hijo, iban apareciendo las grietas en esas relaciones de confianza que yo tenía y en las que me apoyé. Definitivamente el mundo se mira a través del cristal propio, e insisto que las acciones de cada persona no son censurables ni cuestionables, realmente como decimos los ticos: "hay que andar esas botas puestas" para saber que hubiera hecho uno en el lugar del otro; las diferentes situaciones que se dieron llevaron mi ser nuevamente al límite... soportar que mi hijo ya no vivía conmigo no era suficiente para la vida... ese karma que me perseguía no se había acabado, nooooo, por el contrario le faltaba (o le falta?) y ahí estaba yo frente a mi nuevo grupo de apoyo luchando por que me explicaran porqué hacían lo que hacían... parecía que aquellos 12 años de mi vida en los que de una manera u otra no sólo mantuve a mi hijo, si no que lo eduqué, fuí su madre, lo crié, luché por él, por sacarlo adelante, por tratar de hacer de él un buen hombre... todos aquellos años, navidades incluidas, cumpleaños, fiestas, paseos... TODO se había desaparecido y yo era invisible ante los ojos del mundo y todo lo que importaba era él y cómo mantenerlo dentro del circulo familiar, y no importaba el precio de lograrlo (tan trágico cómo suena, así fue y lo sentí)... y ese cómo fue lo que me empezó a desangrar nuevamente, pues el cómo no me incluía a mi, ni a mi esposo, ni a mi bebe de 14 meses, si no a los "nuevos encargados'. Pensar en que aquella relación familiar se debía mantener a través mío fue inocente de parte mía y simplemente me brincaron... porque así lo siento yo... me brincaron para acercarse y bueno de mil maneras exponerme, generarme más problemas, malos entendidos con aquellos que no sólo no querían verse involucrados, si no que aprovechando esa grieta, decidieron que ellos debían tener poder absoluto para decidir cuando, cómo, con quién, y donde el otrora mi hijo, pero ahora de ellos, podía visitar a su familia materna, aunque aquello no tuviera nada que ver conmigo: "queremos salvaguardar la continuidad de la relación de Ignacio con su familia materna", claro... pero no con la madre... a esa la vamos a desaparecer, esa relación no es importante.

Las intenciones de una persona a la hora de hacer algo, no necesariamente se verán reflejadas en los resultados de las acciones que ésta persona emprende, máxime si éstas acciones están relacionadas a la vida de alguien, bien lo dije arriba... una cosa es mi intención y otra no sólo como la gente recibe mis acciones, si no también los resultados que se generan a partir de ésta intención.

No quiero desaparecer de la vida de mi hijo, no quiero dejar de ser su mama... pero cómo se es mamá de ésta manera..? No sabía yo que ser la mamá de largo de mi hijo podía incluir en el largo plazo dejar de ser su mamá... no sólo porque no me dan mi lugar, si no porque para poder seguirlo siendo tengo que pelear con toda la humanidad para que así se mantenga... creí que las mamás éramos las mamás absolutamente toda la vida...

El día que te hiciste mayor de edad.

Hoy mis hijos mayores cumplen 18 años, se convierten en mayores de edad. Al menos uno de ellos, Ignacio. Su hermana Mariana, gemela "d...