jueves, 13 de octubre de 2016

Te titulé: "La historia jamás contada"

Confiar: “Esperar con seguridad y credulidad que algo suceda o que alguien se comporte como se desea

Y que se requiere para confiar, poco o mucho, es un acto de valentía, de desprendimiento, de entrega. Es como cerrar los ojos y soltarse al vacío, como hacíamos antes en los Team Buildings; ¿qué hacer cuando este acto de confianza no es valorado?; soltar las expectativas no es fácil aun y cuando la entrega es sabe vacía de acciones y retribuciones; dar sin esperar es tan difícil como confiar y perder, como amar y no ser correspondido. 

Duele el alma un poquito o mucho, pero hay que “cuadrar los hombros” y volver al Zen, y recoger lo que es mío: lo hice porque quise, nadie me lo pidió, no me obligaron… y un sinfín de frases más que resuenan en la cabeza como un colchón para mitigar dolor aunque en el fondo el oído afino para escuchar las palabras que no se dijeron o la llamada que no se hizo.

¿Entrego sin esperar, hablo sin meditar? Cuando doy me entrego al mil, no es poco porque es todo o nada…. Amo, quiero, vibro, sueño y sin control aunque con las manos vacías me acuesto al ocaso porque es como se supone que debe de ser, no hay nada tangible a cambio de aquello que vibrando entrego al universo, nada más allá del suspiro y la alta traición. 

El día que te hiciste mayor de edad.

Hoy mis hijos mayores cumplen 18 años, se convierten en mayores de edad. Al menos uno de ellos, Ignacio. Su hermana Mariana, gemela "d...