martes, 22 de enero de 2013

El Respeto y ese monton de babosadas (I)


Una vez un muy amigo mío, siendo yo una muchacha soltera de 21, 22 años en aquella época, y conversando acerca de lo que yo quería en aquel hombre que se fuera a convertir en mi esposo, me decía que yo debía de tener muy claro en la vida qué cosas yo no estaba dispuesta a sacrificar por aquello que yo quería:

"Antonella, en el amor y la vida en general, uno tiene que hacer sacrificios, desprenderse de cosas por obtener otras mejores. Así funciona esto. Usted ya sabe que cosas puede "perdonar" en un hombre para que sea su compañero de vida?; por ejemplo: tiene que amar a su hijo cómo a usted, cierto? debe de respetarla como mujer, debe de ser trabajador y honrado, pero... y si es calvo y chaparro? que pasaría entonces?" 

y aquella conversación casual se convirtió en una frase que me marcaría de por vida, no sólo por el planteamiento, si no por lo profunda de la reflexión que me generó; básicamente yo tenía que saber que cosas en el hombre con el que me casara podía dejarlas pasar, y que cosas NO podían dejar de suceder para el éxito de mi relación.

Pues bien, esa pregunta que mi amigo me hizo se me quedó en la mente, y entonces cada vez que me encontraba frente a una situación de "lucha" en donde necesitaba dejar ir algo, o aceptar algo en otra persona, me preguntaba: "esto es algo por lo que yo no podría seguir viviendo en paz conmigo misma si dejo de hacerlo?, es algo que me irrespeta si lo hago?, puedo vivir si no lo tengo, o si lo tengo?" empecé a cuestionarme de ésta manera todo aquello que me llegaba a mi vida y bueno me ha dado resultados, según Yo :)

Porque explico todo ésto, bueno, pues porque una de las cosas que decidí hace mucho tiempo que no puedo vivir sin es el respeto. Me costó muchísimo entender no sólo qué era, si no como me lo profesaba a mi misma. Esta entrada no es acerca del significado del respeto según la RAE, pero acerca de lo que significa para mi, habiendo sido criada en el seno de una familia en donde nunca existió. Nunca tuve referencias en las relaciones humanas, porque a pesar de que mis padres se aman, su manera de amarse (aprendida también) era entre gritos, descalificaciones, maltratos... con infidelidades incluidas. Entre mis hermanos y yo tampoco, pues si definitivamente sin querer nacieron entre nosotros rivalidades que nos confrontaron desde muy pequeños, envidias, celos, y tras de eso otorgamiento de poderes por parte de los padres a los hijos que generaban mas roces aún... 

Cómo me profeso respeto a mi misma?? una incógnita cuya respuesta fui desenmarañando conforme avanzaba en mi terapia, entendiendo cómo me amaba a mi misma... construir una auto imagen positiva como hija adulta de un alcohólico y así mismo, a partir de ésta, desarrollar relaciones personales sanas... cosas de las que fui bastante carente durante mi desarrollo como adolescente y posterior adulto joven.

Conforme lo logré, me fui aferrando al respeto como un baluarte importante en mi vida, y más aún, cómo algo que definitivamente iba para mi lista de "must have"... claro el tema de cómo lo pedía o mantenía, como decían donde yo trabajaba: el éxito está compuesto por el "qué", y el "cómo", ambos componentes son indispensables", era otra cosa... mi cómo siempre ha sido medio atropellado, muy impuesto y medio pelión... ahí he ido limando mis formas de pedir las cosas, de decirlas, de mantener posturas que me han resultado importantes en mi vida. No obstante sigo siendo testaruda a la hora de hacer y decir las cosas, es algo que simplemente no puedo evitar.. por ratos me pregunto si hay cosas, rasgos de la personalidad que simplemente no se pueden "corregir", porque no son corregibles...

Volviendo al tema del respeto, me encuentro en una disyuntiva, esto muy a pesar de que tengo plena certeza en mi cerebro del porqué hago las cosas y tomo las decisiones que tomo, pero un enfrentamiento con la familia definitivamente pone a cualquiera a cuestionarse las cosas. Mas aun, cuando esa familia  es gente a la que realmente uno ama, gente con la que uno nunca pensó que se podía distanciar, porque seamos francos, hay familia a la que definitivamente uno le gusta no sólo mantenerla bien largo, pero también que no le interesa mucho lo que piensen. Este no es el caso. Es gente a la que he amado con todo mi corazón, con la que me crié... pero que hoy día, en este momento de mi vida, donde enfrento la toma de decisiones tan radicales, duras y por encima de todo, tan inesperadas, me siento en la necesidad de no tenerlas en mi vida más.

El no compartir la posición de alguien con respecto de algo, es (o debería ser) simple, pero no lo es. No lo es cuando hay de por medio emociones, sentimientos. Personalmente creo, con base en mi propia experiencia de vida y también por lo que he leído, que todos en la vida creemos que nuestras posiciones frente a cualquier cosa en la vida son las correctas, por eso es que las hacemos no? así de simple. Pero, al ser seres sociales como lo somos, entramos en conversaciones y más aún yo, siendo tan insegura como lo soy, acerca de lo que uno quiere hacer, lo comparte, lo comenta con gente de confianza, buscando así distintas opiniones y perspectivas y así llegar a la mejor acción posible. Pero eso es cuando es una decisión personal hacerlo, entonces que pasa si uno no lo hace? Si uno no quiere hablar de lo que va a hacer, o ya hizo? Es más que pasa cuando uno simplemente no complació a nadie con una decisión? Si no compartimos lo que hizo, que hacemos?

Durante los últimos 6 meses he tenido que tomar decisiones en mi vida que no sólo creí que NUNCA iba a tener que si quiera pensar en ellas, pero sumamente DURAS y desgarradoras, y las tomé sola, en el seno de mi hogar, al lado de mi esposo, el único con el que compartí mi carga, porque definitivamente era MIA, de nadie más. Por más que a través de los años, todos los miembros de mi familia extendida (padres, hermanos) se hayan sentido en un lugar privilegiado de la vida de mi hijo mayor, eso fue algo circunstancial, porque en una situación "normal", el hubiera nacido aparte, con sus papás juntos y con absoluta responsabilidad sobre él. Pero no fue así, por eso ahora mi sentir es que no sólo la gente se siente con derecho de opinión, pero con derecho de señalar las decisiones que tomo. Y sólo para aclarar, mis padres y hermanos podrían opinar, pero no lo hacen. Me respetan. (aaaahhh volvemos a la palabrita)

Voy a dejar la entrada hasta acá hoy, y la termino en una segunda parte en los próximos días. 

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